Aunque seguramente el límite genérico más sorprendente desde el punto de vista de la seguridad y la protección de la vida sea el límite en vías convencionales o sin desdoblar: si los vehículos modernos sólo ofrecen niveles aceptables de seguridad en caso de choque frontal (el más peligroso en dicho tipo de vías) a velocidades de hasta 65 km/h aproximadamente, ¿por qué se permiten límites de velocidad de 90 o 100 km/h? ¿Porque si fueran más bajos “llegaríamos tarde”? ¿O porque nos dormiríamos todos si circuláramos más despacio? ¿O porque confiamos en que en caso de emergencia podremos frenar en el último instante antes de la colisión y reducir la velocidad de impacto por debajo de dichos 65 km/h? En realidad la respuesta es otra: porque hemos decidido, todos nosotros como sociedad, autoengañarnos y sacrificar un cierto número de vidas a cambio de llegar antes, de tener más tiempo para hacer más cosas al llegar al destino o de visitar más lugares, de ser más productivos, de abaratar los costes del transporte (en la sociedad del derroche y el consumismo)…
Jesús Monclús
Jesús Monclús
Límites genéricos en vías convencionales: El riesgo cotidiano
Encontrado gracias a otra entrada muy buena:
Otra vuelta de tuerca sobre límites de velocidad (y2) Conductores ni ágiles ni seguros, sino autoengañados
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