Éxito talibán de los ochenta


Seguramente los talibanes sean los tipos con peor fama del planeta, exceptuando la opinión un poco más condescendiente que tiene de ellos una franja de poblaciones islámicas que va desde Marruecos a Malasia. Pero hubo un tiempo, durante la década de los 80, en el que Estados Unidos nos vendía a los muyahidín como buena gente, tipos campechanos con acento simpático que se distraían jugando al polo mientras luchaban contra los enemigos a lomos de sus corceles. Era una imagen romántica de un pueblo valiente que se enfrentaba al malvado imperio soviético. La polémica del burka, de la catastrófica situación de las mujeres y que jugaran al polo con las cabezas de sus adversarios quedaría para las décadas siguientes. Pero en los ochenta la Unión Soviética ocupaba Afganistan y a Estados Unidos le venía muy bien la guerra santa que tenían en marcha los muyahidín. Había que cubrir la yihad afgana con historias de libertad y democracia y poner rostros humanos y afables a toda esa caterva de bárbaros. Y de la maquina de propaganda norteamericana surgió Rambo III, un producto simple y brutal que fue un éxito (la película recaudó 189 millones de dolares en todo el mundo). Los infantes de la época llenábamos los cines para ver como Stallone bebía leche de cabra y hacia explotar comunistas (221 actos violentos, 108 muertes). Por supuesto veíamos todo eso después de pagar religiosamente la entrada del cine. Porque antes de la proliferación del P2P la manipulación de las mentes era más sofisticada y tenías que comprarte el lavado de cerebro con tu propio dinero. Ni que decir tiene que nosotros comprábamos el lavado de cerebro al completo. Un montón de niños entramos al cine a ver Rambo III, y no contentos con eso años después alquilábamos la película en el videoclub. La magia de aquella época es que al imperialismo usamericano le comprabas a precios exorbitantes las palomitas y el billete de la entrada para la sesión de propaganda, y encima te lo pasabas bien.

Look de Rambo en los ochenta, un cruce entre Hulk y Luis XIV.

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5 comentarios:

Chichipio dijo...

Ah, no sabía que aparecían los talibanes en Rambo... Es que no vi ninguna... ni tampoco ninguna Rocky. Que mal estoy...

Anónimo dijo...

He leido esto desde meneame, pendiente todavía y espero que llegue a portada. Llevo dos o tres años comentando lo de Rambo por Afganistán a mucha gente y seguro que no lo emiten en Estados Unidos desde hace tiempo xDD Un claro ejemplo de intereses políticos y "modificaciones mentales" dependiendo de la situación geopolítica reinante. Gracias por esta entrada de tu blog! fdo "Sergio Españadaasco"

Heli dijo...

Cierto, pero es que esa película tiene una fecha de caducidad que expiró hace veinte años. :)

Bambú dijo...

Moraleja: si ves una pelicula de contenido político, no te la creas. Lee los periódicos primero, y que sean distintos periódicos, para elaborar tu propia opinión. ^^

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