Mujeres de botox

Ayer por puse la segunda cadena de la televisión para amenizar la cena cuando oigo que un pseudocirujano le dice a una señora que debe hacerse un rejuvenecimiento de la vulva. Ahí se me atragantó la vianda, y no había hecho más que comenzar, porque sin sospecharlo mi cena y yo nos íbamos a sumergir en una historia de terror que se desarrollaba en un mundo opulento y glamouroso de señoras de tetas de goma y rostros paralizados con botox en el que, por lo visto, había que mutilarse los genitales para "ser cool". Ahora que comenzábamos a concienciarnos sobre las infibulaciones (millones en el mundo) resulta que en los países desarrollados empiezan a tontear con esas perrerías. De momento "sólo" estamos cortando pedazos de vulva, pero denles tiempo y ya verán como se les ocurren cosas más gore.

Somos incapaces de vencer la malaria o el VIH pero utilizamos los recursos de la medicina moderna para perforarnos, mutilarnos y rellenarnos de silicona en un nuevo milenio fascinante, en el que nos hemos propuesto usar la tecnología para volver de forma rápida y aséptica al estadio de los salvajes. Es preocupante, y también lamentable que tanta gente opulenta, con las mejores condiciones y en los mejores sitios para afrontar y solucionar los problemas del mundo en realidad se estén ocupando de perpetuar las tradiciones más retrógradas, malgastando sus recursos, su energía, su tiempo e incluso la salud por obsesiones estúpidas promovidas por una industria sin escrúpulos. Urge cierta beligerancia contra todas esas modas sangrientas que impulsan comerciantes dispuestos a hacer negocio a cualquier precio.

En el blog de Programas.tv.online se puede descargar el documental que vi ayer, se llama Prisioneras de la imagen.

Desnudo sobre la hierba de Fernando Botero

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No se que fue antes el huevo o la gallina, en cambio estoy casi segura de que antes fue la demanda que la oferta.

A lo largo de la historia ha habido muchos ejemplos de productos que las industrias han pretendido vender con escaso éxito, montones de empresas no han conseguido suscitar con sus productos el interés esperado en los consumidores lo que les llevo directamente a la ruina. Creo que el producto que triunfa en el mercado es aquel del que ya existe un deseo subyacente que el vendedor avispado ha sabido percibir en el mercado de los posibles compradores. Por eso me parece que culpabilizar a la industria de crear productos aberrantes para el consumo, de influir y manipular los deseos de los compradores es poner el carro delante del burro.

La cirugía estética solo responde a los deseos de los consumidores de parecer más jóvenes y bellos y esos deseos los tienen porque la sociedad valora mas lo joven y lo bello. Tampoco es nada nuevo, someterse a verdaderas torturas físicas para conseguir el canon de belleza del lugar y la época, las mujeres jirafa o los pies deformados de las japonesas son buena prueba de ello. Esas practicas tan antiguas como el mundo (Ötzi , el hombre de hielo, tenía tatuajes ) ya existían cuando no existían industrias que prendieran lucrarse con la belleza. A mi juicio esas industrias solo has sido lo suficientemente espabiladas como para examinar el canon de belleza imperante y utilizar las nuevas tecnologías aplicables para conseguirlas, seguros de cualquier técnica que oferten y que acerque al comprador a ese canon será acogida por los consumidores con entusiasmo.

Heli dijo...

Estoy de acuerdo en que el origen de todos los conceptos de la belleza esta en la propia sociedad, pero no sería lo mismo sin unas grandes industrias (audiovisuales/cosméticas/pseudomédicas) retroalimentando precisamente los conceptos que generan riquezas a sus trabajadores. Creo que implantan sus conceptos a mucha más gente que, de no existir estas, no tendrían tanta presión para adoptarlos. Es como la idea de "dios", es una idea universal, pero triunfa el concepto de dios que necesita algún tipo de gestores, herramientas y parafernalia determinada (una industria vamos), porque las lentejas de los especialistas dependen de lo que trabajen en propagar ese concepto.

Anónimo dijo...

A mí tampoco me gusta nada la moda esta del culto al cuerpo. Estoy de acuerdo con los dos puntos de vista: por un lado, la demanda está ahí, y en todas las culturas la gente ha hecho cosas raras, incluso dolorosas, para “estar guapo”; por otro lado, desde luego que desde la industria se está bombardeando con el mensaje de que si no eres como barbie eres una foca que nadie quiere. Yo creo que es un poco como pasaba antes con el tabaco: se les vendía a los adolescentes que fumar era guay y se aseguraba una demanda futura. En mi opinión, deberían controlarse un poquito más las series, películas, revistas y publicidad dirigidos a los más jóvenes.

Dicho eso, una vez una persona adulta toma libre y conscientemente la decisión de podarse el potorro (o de ponerse una extensión de ciruelo), no seré yo quien se lo impida. Al fin y al cabo, esa persona no hace daño a nadie salvo, tal vez, a sí misma.

Heli dijo...

Pues si, y bueno es un culto al cuerpo, pero no precisamente al cuerpo humano. :S

Anónimo dijo...

...y bueno es un culto al cuerpo, pero no precisamente al cuerpo humano....

:S ¿Al de bomberos?

Heli dijo...

Ah, lo que quería decir es que no buscan parecerse a seres humanos, parece que quieren ser personajes de comics y tienden a convertirse en caricaturas.

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