Will Shetterly
Había llegado el momento de renovar el Copyright sobre Mickey Mouse para así mantener la propiedad de Disney fuera del dominio público. Fulanito tuvo una brillante idea. En lugar de pedirle al Congreso que añadiese los típicos 20 años a la duración del Copyright ¿Por qué no hacerlo a lo grande y extender el Copyright 500 años?
Menganita añadió una inteligente razón: una extensión de 500 años permitiría a Disney localizar a los herederos de Shakespeare y comprarles los derechos de la obra del Bardo inmortal. No importaba cuanto pudieran pedir los herederos, el acuerdo daría beneficios enseguida. Toda escuela que quisiera representar o estudiar a Shakespeare tendría que enviar un cheque a Disney. Cada Periódico, revista o programa de radio que quisiera usar una cita del Bardo también tendría que enviar uno. Así que Disney solicitó, el Congreso concedió y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, (OMPI), siguió su ejemplo. Disney pagó a los herederos de Shakespeare y después utilizó los beneficios que obtuvo con su nueva patente para comprar todos los derechos a los herederos de Dumas, Dickens, Twain, Mary Shelley, Jane Austen, Bram Stoker y otros. Una vez que la mayoría de las películas de todos los estudios estuvieron sujetas al copyright de Disney, estos o se declararon en bancarrota o acabaron siendo subsidiarias de Disney.
Y todo el mundo estaba conforme, excepto los contadores de historias, que tenían que comprar a Disney licencias o probar que su trabajo no le debía nada a los últimos 500 años de literatura.
Entonces, el ADN de Jimmy Joe Jenkins confirmó que era el descendiente directo de los traductores de la versión de la Biblia del Rey Jaime. Al principio, Jimmy se conformó con el 10% del precio de cada Biblia vendida y el 10 % de la colecta de todas y cada una de las iglesias que utilizaban la versión de la Biblia del Rey Jaime. Pero cuando algunas iglesias se cambiaron a traducciones más modernas, Jimmy azuzó a sus abogados sobre todas las traducciones basadas en la versión del Rey Jaime. Eso le proporcionó una tajada de cada Biblia y cada servicio religioso cristiano que se hacia en inglés. Algunos traductores reclamaron que su trabajo estaba basado en versiones más antiguas y que por lo tanto deberían estar exentos, pero ninguno de ellos podía permitirse enfrentarse a Jimmy en los tribunales.
Las iglesias refunfuñaron y pagaron a Jimmy su diezmo, excepto los Mormones, los Cristianos Científicos, los Adventistas del Séptimo Día, Cuáqueros y los Universalistas Unitarios. Jimmy dijo que sus enseñanzas dañaban el valor comercial de su propiedad y se negó a que utilizasen la Biblia. Todos estos grupos se disolvieron excepto los Universalistas Unitarios, que no notaron cambio alguno.
Entonces Jimmy suprimió todas las partes de la Biblia que criticaban a la gente rica. La mayoría de las grandes Iglesias supervivientes no se dieron cuenta de ello. Pero se quejaron cuando Jimmy cambió en las traducciones tradicionales los nombres de José y María por los de Jimmy Joe y Lulabelle, el nombre de su nueva y guapa esposa.
Pero cuando su Lulabelle se fugó con un vendedor de Biblias, Jimmy se retiró a una de sus mansiones y se negó a que nadie imprimiera ninguna Biblia más o usase ésta de cualquier forma que produjese dinero.
Las iglesias que aún sobrevivían enviaron delegados a Disney, pidiéndoles que hicieran que el Congreso redujera el periodo de Copyright para que la Biblia del Rey Jaime fuera de nuevo de dominio público. Pero Disney había adquirido los derechos de un drama de venganza durante la Restauración que parecía un gran producto para Britney Spears, por lo que hicieron una contraoferta.
El Congreso alargó el periodo de copyright durante 2.000 años más, y la OMPI siguió su ejemplo. Jimmy tendría que pagar cada dólar que había cobrado de la Iglesia Católica, ya que la Versión del Rey Jaime estaba basada a su vez en la Vulgata, primera traducción de la Biblia al Latín hecha por San Jerónimo. Para poder usar la Biblia, todos los protestantes se hicieron católicos. Disney adquirió el Copyright y las marcas registradas de Robin Hood, el Rey Arturo y Las 1.001 Noches.
Y todo el mundo estaba conforme, excepto por los contadores de historias que tenían que comprar a Disney las licencias o probar que su trabajo no le debía nada a los últimos 2.000 años de mitos y folklore.
Entonces el ADN de Spike Greenbaum probó que ella era la descendiente directa de Jesús o de un hermano suyo. Spike permitió a los católicos usar su Biblia a cambio de que el Papa la casara con su novia. Entonces dijo que como los curas pudieron elegir entre casarse o ser célibes durante los primeros 1.000 años, pero que después tuvieron que ser célibes durante los siguientes 1.000 años, todos los curas deberían ahora casarse con al menos una persona. Y como Jesús había dicho a sus seguidores que vendiesen sus posesiones y dieran su dinero a los pobres, todo objeto valioso propiedad de la Iglesia Católica tendría que ser donado para la investigación sobre el SIDA.
Los Católicos refunfuñaron, pero se consolaron un poco cuando los tribunales fallaron que el Corán era un trabajo derivado y Spike impidió a Arabia Saudí usarlo hasta que permitieran a las mujeres conducir y a los hombres no.
El Papa consideró brevemente la posibilidad de recuperar a la Iglesia de Mitra, lo que permitiría a su gente continuar rezando los domingos y celebrar la Natividad el 25 de Diciembre. Pero sus esposas le indicaron que el culto romano de Mitra entraba en el período cubierto por el copyright, y que el heredero directo era un miembro de la NAMBLA (North America Man Boy Love Association) que estaba preparando acciones legales contra Spike sobre los derechos de la Biblia. Entonces los católicos enviaron delegados a Disney, pidiéndoles que acortasen el periodo de Copyright para poner de nuevo la palabra de Jesús en el dominio público.
Pero Disney había adquirido los derechos del Satiricón, que parecía un producto perfecto para Ashton Kutcher, por lo que hicieron una contraoferta.
El Congreso alargó el periodo de copyright otros 2.500 años. Spike Greenbaum debía ahora cada dólar que había cobrado a Israel, ya que la traducción de de San Jerónimo estaba basada en los textos sagrados hebreos. Para poder usar la Biblia, todos los católicos se hicieron judíos, y Disney compró los derechos de la Ilíada y la Odisea.
Y todo el mundo estaba conforme, excepto los contadores de historias, que tenían que comprar a Disney las licencias o probar que su trabajo no le debía nada a ninguna historia que hubiera formado parte de la civilización humana.
Entonces, el ADN de Kurosh Jadali confirmó que era el descendiente directo de Zoroastro, cuyas enseñanzas sobre monoteísmo habían sido adoptadas por los judíos durante su cautiverio en Babilonia. Kurosh dijo que como Zoroastro había predicado la tolerancia religiosa, se alegraría de que los judíos usaran sus textos sagrados. Como pago, solo quería 1.000 € por cada Torah editada y el 75% de todo el dinero que recibiera cualquier sinagoga. Cuando los rabinos refunfuñaron, Kurosh les preguntó si acaso eran comunistas que no respetaban la propiedad intelectual.
Todas las ramas del judaísmo enviaron delegados a Disney pidiéndole que volvieran a la situación anterior para que las enseñanzas de Zoroastro pudieran ser del dominio público. Pero Disney había adquirido los derechos del poema épico de Gilgamesh, que parecía un buen producto para Jim Carrey, por lo que hicieron una contraoferta.
El Congreso alargó el copyright por otros 100.000 años. Kurosh Jadali tuvo que devolver todo su dinero a las Naciones Unidas, ya que el ADN de todo el mundo probaba que eran descendientes de la primera persona que contaba historias sobre Dioses. Disney compró los derechos de una historia que había sido pintada en un muro sobre una gente con unos animales porque pensaron que sería un gran producto para Mel Gibson.
Y todo el mundo estaba conforme, excepto los contadores de historias que tenían que comprar a Disney las licencias o probar que su trabajo no le debía nada a ninguna historia que tuviera personajes haciendo cualquier cosa.
Hasta que una señora llegó a las oficinas de Disney y dijo que gracias a la extensión del periodo de la Ley de Copyright, la ley de patentes también había sido alargada. Y que como su ADN había confirmado que era la descendiente directa de la primera persona que proyectó sombras en un muro y contó historias sobre ellas, tenia la intención de hablar con la Organización de Empresarios Colegiados acerca de todas y cada una de las películas y programas de televisión que Disney creía poseer.
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Traducción de The People Who Owned the Bible de Will
Shetterly realizada por fedorento, Dr Zito y Alex Werden.
4 comentarios:
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Este porgrama es maravilloso porque me ha quitado todos los vuris que tenia porque mi hermano pequeño se me habia metido en el ordenador y ya no los tengo ninguno. Lo mejor es que lo pones en el ordenador y no tarda nada en mirarte toda la memoria del ordenador y decirte si no tiene virus tu ordenador. Saludos a todos.
- martes, febrero 17, 2009 2:55:00 p. m.
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esto nunca le hubiera pasado a nuestro capitan trueno...
- viernes, febrero 20, 2009 9:17:00 p. m.
- Rafa Vera dijo...
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Me ha parecido genial el artículo, tienes más ración que un santo.
Me he tomado la libertad de enlazarte desde http://solopuedequedar1.blogspot.com
Un saludo y sigue así¡¡¡¡ - sábado, marzo 21, 2009 11:27:00 a. m.
- Heli dijo...
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Me alegra que le guste, aunque el artículo no es mio. :)
- domingo, marzo 22, 2009 5:28:00 a. m.
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