Barbie lesbiana

En varias pinturas de una exposición de Karin Schwarz aparecen barbies besándose entre ellas. La empresa Mattel, que fabrica a Barbie trató de presionar a la artista para clausurar la muestra amenazando con demandarla. Un representante de Mattel se quejaba diciendo que "Barbie es una dama muy correcta y no le gusta que la retraten como algo que no es. Vamos a demandar y esperamos que esto le enseñe a la gente una lección. Además, Barbie ya tiene 46 años; ¡deberían respetarla!". Mattel ya ha perdido un juicio contra Thomas Forsythe, autor que fotografió a varias barbies sin ropa dentro de utensilios de cocina, por lo que el comentario parece tener ahora tintes más irónicos. Aun así el argumento de la respetabilidad de las ideas sigue gozando de éxito y aunque vuelva a ser rechazado por la justicia y los artistas no estén obligados a respetar la imagen de una muñeca quizá la poderosa empresa de juguetes se vuelva a tomar en serio la demanda.

A pesar de la opinión de Mattel el famélico ídolo de caucho que monta en sus fábricas nunca tendrá opiniones propias ya que no es un ser. No sufre si lo criticas o la insultas, porque básicamente es la idea de algo parecido a un ente femenino plasmada en un diseño que ensambla unas cuantas piezas de plástico derivadas del petróleo y que en conjunto adquieren a nuestros ojos la vaga forma de una fémina anoréxica. Después esta escuálida figura antropomorfa es recreada constantemente gracias a su fabricación en serie y finalmente millones de Barbies son colocadas con mimo en los escaparates de los comercios y demás altares de los grandes templos de la abundancia y el consumismo. Según sus artífices Barbie tiene muy claras sus ideas sobre alimentación y conducta sexual dentro de su cabeza literalmente hueca. Pero al igual que Ala o el payaso de McDonald´s por lo visto Barbie tampoco puede tolerar que alguien de una imagen distinta a la que le asignaron los hombres que monopolizan su producción y tratan de controlar o dirigir el contenido de todas sus representaciones.

En la intimidad de sus cuartos las niñas pueden dejar volar su imaginación e inventarse historias alternativas a las que quiere contarnos Mattel para Barbie. Pero no es tan seguro que puedan contar esas mismas historias en público sin que aparezca un ejecutivo de Mattel demanda en mano. Sin embargo siempre hemos confeccionado nuestras propias historias con ídolos y símbolos de toda clase. La civilización descansa sobre el extenso telar de historias que tejieron nuestros antepasados con retazos de leyendas más antiguas. La Iglesia católica lo hizo con la Virgen Maria, lo había hecho con todos los dioses que convirtió en santos en cada pueblo y templo al que llegaba, y todas las religiones lo hicieron con "la diosa", nuestra opulenta Barbie del neolítico. La mayoría de las veces los antecesores de Mattel también se dedicaron a perseguir a los que inventaban o propagaban las nuevas historias, por lo que muchas veces no se podían más que tejer y transmitir tras las paredes del hogar o bien dentro de oscuras catacumbas. En esos lugares sólo pequeños grupos heterodoxos y herméticos se enteraban de las historias alternativas sobre los diversos ídolos, símbolos e ideas que han ido desarrollando o reencontrando generaciones de seres humanos al margen del criterio general o de la doctrina y la iconografía que imponían los poderosos o las mayorías. Mientras que en el ámbito público lo que se pudo decir acerca de esas figuras siempre estuvo reservado a las instituciones más poderosas.

Durante generaciones las nuevas ideas o las ideas alternativas que amenazaban con salir a la luz fueron perseguidas y los que se atrevían a imaginar y a expresarlas públicamente eran reprendidos, castigados o directamente achicharrados. La modernidad y el nuevo concepto de democracia que nació con ella parecía que iba a acabar con la represión y las persecuciones, prometía un régimen de derechos humanos en el que todas las ideas podían expresarse públicamente. Pero lo cierto es que no hace falta el absolutismo o la teocracia para sofocar la libre expresión. A golpes de demandas y amenazas de costosos procesos judiciales émulos de los antiguos inquisidores siguen tratando de aprovecharse de la maquinaria legal de nuestros regímenes para ahogar la creatividad y la libertad.

2 comentarios:

Cerebros Prometéicos dijo...

Celebremos el regreso de su blog :)
Me tomaré un tequila en su honor :)

Por cierto, si, he visto esas imágenes de las barbies... muy sexis.

Alex Perez dijo...

Excelente, esperemos que nunca hagan un Ken, pro lesbico pero no del homosexualismo, solo lo tolero

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